Danny, Feliciano y Condorcanqui: víctimas de la injusticia y el olvido (02-07-12)

Cartas a mi pueblo

Por Prof. Manuel Yóplac Acosta

 

Carta nº 115:

El jueves 14 de junio debieron ser liberados, Danny López Shawit y Feliciano Cahuasa R olín, “guardianes de la selva”, pero pese a haber cumplido la injusta encarcelación de 36 meses, ellos siguen ahí encerrados, y que al igual que Condorcanqui, provincia que les vio nacer a estos dos hermanos, son víctimas de la injusticia y el olvido del Estado y la propia sociedad.

El pueblo debe saber que, según datos del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los mismos que se basan en información oficiales, Condorcanqui, es la provincia más pobre de la Región Amazonas y del Perú. Así por ejemplo, más del 76% de la población vive en condiciones de pobreza y la desnutrición afecta a un poco más de la mitad de los hermanos que viven en la provincia más extensa de Amazonas. Condorcanqui, provincia que colinda con el vecino país de Ecuador, el 92.7% de la población es indígena y por consiguiente hablan la lengua nativa Awajún o Wampis, los mismos que en un 86% viven en la zonas rurales. En Condorcanqui en pleno siglo XXI, el 97% de la población utiliza leña, carbón o estiércol para cocinar y ninguna casa tiene chimenea, razón por la cual la situación de la salud se empeora. En Condorcanqui solo 7% de la población tiene acceso fuentes mejoradas de agua, el resto sigue tomando agua de los ríos, quebradas y riachuelos como lo hacía el hombre hace 10 000 años, en Condorcanqui solo 2% tiene acceso a fuentes mejoradas de saneamiento y el 98% de los vivientes siguen haciendo sus necesidades básicas en silos o en el monte, razón por la cual la parasitosis afecta a casi el 100% de los niños. Las fuentes oficiales también señalan que solo el 8% de la población cuentan con electricidad, sin embargo camino a Condorcanqui pasa un enorme tubo lleno de petróleo rumbo a la refinería en Tumbes, pero en Condorcanqui la gente sigue alumbrándose con velas, candiles y muchas veces con la luz de la luna.

La situación educativa es también la peor en la región; así, a la edad de 12 años solo el 27% de los niños habrá culminado la primaria, y a los 17 años solo el 6% habrá culminado la secundaria y a nivel superior solo un 3% logrará empezar a estudiar y de ellos muy, pero muy pocos terminará la profesión. Un ejemplo de ello es que en nuestra universidad de casi 30 estudiantes que ya deberían haber culminado solo 2 tienen título profesional.

En Condorcanqui en realidad no se sabe con exactitud cuánta población existe, pues hasta la edad de un año solo el 56% de los niños estará registrada su partida de nacimiento, cifra que sube al 65% a los 20 años. En Condorcanqui el futuro es tan incierto que el 36% de las mujeres hasta los 18 años ya están conviviendo o están casadas, y el 41% antes de los 20 años ya serán madres para luego tener en promedio 7.7 hijos. El acceso a la salud es otro problema, pues de los 52 centros poblados que cuentan con puestos de salud, 92% tiene como medio de trasporte la vía fluvial, que son caros y peligrosos para movilizarse.

El abandono y miseria que viven los hermanos en Condorcanqui, también se muestra en el hecho que no posee en su extenso territorio, ni si quiera un metro de vía terrestre pavimentada o afirmada, más bien tiene una trocha que más parece camino de majás que carretera.

Sin embargo y paradójicamente, Condorcanqui es la provincia más rica, en términos de riqueza natural se refiere. Condorcanqui es territorialmente casi la mitad de Amazonas, posee los dos ríos más caudalosos y ricos, posee la flora más abundante, posee la fauna más abundante, posee los yacimientos petrolíferos más grandes, posee la mayor variedad de madera, posee las tierras más fructíferas, posee la belleza paisajística más grande, posee la biodiversidad más grande; sumados a la posesión de la cultura ancestral viviente más rica de la Región; Condorcanqui es pues la provincia más rica, pero más pobre de Amazonas; así como Feliciano y Danny, son quizá los hombres vivientes más importantes de la región Amazonas, pero son a la vez los hombres más despreciados por este Estado que mide con vara de acero para los pobres de abajo y con vara de hilo para los ricos de arriba.

¿Acaso si Feliciano y Danny serían de Miraflores en Lima, o vecinos del Jr. Amazonas en Chachapoyas, ya los hubieran liberado - o tal ves como es común – jamás los hubiesen encarcelado?. Pero no, Feliciano y Danny son de Condorcanqui, de esa provincia casi inexistente para el Estado, de esa inmensa montaña regada de hermosos ríos y parajes que los politiqueros no quisieran ni conocer, salvo para entregar sus riquezas a las grandes empresas; sin embargo Condorcanqui - como Feliciano y Dany, serán eternos y valientes, jamás claudicarán y un día - no muy lejano – como el Sol o como el majestuoso Santiago o Marañón, brillarán inevitablemente haciendo con su fortaleza caminos en medio de la montaña y la llanura, llegando victoriosos hasta el mar de la libertad y el amor a la vida.